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sábado, 13 de febrero de 2010

Entre la hipocresía y la sinceridad

Cada que se acerca el 14 de febrero ocurre lo mismo. En las tiendas abundan los adornos con forma de corazón, los chocolates, flores y postales están en oferta, y frases como ‘te quiero mucho’ aparecen en todos lados. Es la fiebre del Día de San Valentín.

Lejos de querernos adentrar en los orígenes de esta festividad, hay que puntualizar sobre el real motivo para su instauración. Se supone que se debía honrar la memoria de un mártir víctima de los arrebatos de un emperador romano a quien no le cuadraba la idea de tener relaciones conyugales en tiempos de guerra.

Pero con el paso del tiempo, lo que debe ser el reconocimiento a un hombre que desafió el poco razonamiento de un gobernante, se volvió el pretexto ideal para mostrar, en la mayoría de los casos, sensiblerías falsas, pero también el sacar provecho comercial con el consumismo de fetiches para saciar esa hipocresía tan común entre los humanos.

Los sentimientos sinceros de amistad no se deben reservar únicamente para caprichos de calendarios, idolatrados por las grandes marcas publicitarias. La gente no es más importante por decir ‘te quiero’ en un Día de San Valentín que en otro donde no se celebra nada.

No todos se dejan llevar por esta especie de ‘marabunta cursi’. Resisten la tentación del consumo de obsequios, así como el ponerse muy melosos. Es innecesario hacer todo eso por decreto de un almanaque. Es mejor que la real amistad, nobleza y agradecimiento salgan por sí mismas cuando sea pertinente.

Mientras, a los ‘borregos’ queda desearles que pasen un bonito Día de San Valentín. A los opositores a dicho festejo, como diría el periodista y músico Fernando Rivera Calderón, que tengan un “¡¡Feliz Día de San Valengrinch!!”

Hasta la próxima.

lunes, 8 de febrero de 2010

Las claves de la victoria

Una temporada más del fútbol americano profesional de la NFL ha terminado y se ha coronado a su nuevo campeón, ya por medio mundo sabido que son los Santos de Nueva Orleans, ganadores del Súper Tazón XLIV tras vencer a los, en teoría, súper poderosos y favoritos Potros de Indianápolis.

Varios fueron los motivos que desencadenaron la gran victoria del equipo de Louisiana, de los cuales éstos son los más importantes a nuestra consideración:

El despertar de la ofensiva de Nueva Orleans. Tras estar prácticamente desaparecida en el primer cuarto, para el segundo empezó a explotar con series que arrastraron a la defensiva de los Potros, consumieron mucho tiempo (ése fue un recurso anti Peyton Manning) y en la mayoría de las veces, a partir del segundo periodo, concluyeron en puntos.

La patada corta sorpresa. Honestamente nadie esperaba que al inicio del tercer cuarto los Santos harían patada corta, pero más inesperado fue el haber recuperado el balón para armar una serie ofensiva que le bajó el tiempo al reloj, mantuvo a Manning en la banca y la culminó en touchdown.

La revisión a la conversión. Tras touchdown de Jeremy Shockey en el tercer cuarto, los de Louisina fueron por conversión de dos puntos. Drew Brees encontró a Lance Moore en el borde de las diagonales que inicialmente fue marcado por fallido por los oficiales. Sean Payton, el entrenador en jefe de Nueva Orleans, no se equivocó al desafiar la decisión. El video le dio la razón y los Santos sumaron ocho unidades.

La intercepción de Porter. Abajo por siete puntos, hasta el último cuarto no se habían presentado entregas de balón. La suerte abandonó a Manning cuando Tracy Porter le interceptó un pase y más doloroso fue que lo regresara a las diagonales de Indy.

Fallas de Manning y compañía. No todo fue mérito de los Santos, que sin duda hicieron una buena labor. El equipo que comete más errores suele perder y ese rol correspondió a los Potros. Algunos envíos de Manning no fueron atrapados por sus receptores, el pateador Matt Stover falló un gol de campo y Pey no pudo con la presión de remontar una desventaja de 14 puntos en contra en menos de 3 minutos.

Hasta la próxima.

sábado, 6 de febrero de 2010

El Súper Tazón XLIV ¿Quién gana?


Antes de decir si, a nuestro particular punto de vista, van a ganar los Potros de Indianápolis o los Santos de Nueva Orleans el juego grande de la National Football League (NFL), se debe precisar que los principales triunfadores van a ser los aficionados, la liga y sus anunciantes, por supuesto.

El espectáculo está garantizado, pues tanto los Potros como los Santos fueron los mejores equipos a lo largo de la campaña regular y la postemporada. Tener a los conjuntos más poderosos en la batalla por el título siempre será alentador y emocionante.

Con un evento deportivo capaz de atraer las miradas de millones de personas, las marcas comerciales encuentran un campo fértil para generar mucho dinero, lo cual explica que la publicidad televisiva del Súper Tazón, con duración menor a un minuto, cueste millones de dólares.

Pasando al plano deportivo, el juego puede parecerse a la final de la Conferencia Nacional de este año entre los mismos Santos y los Vikingos de Minnesota, donde las ofensivas dominaron a placer. Los ataques de los contendientes al título de la NFL desplegarán todo su arsenal dada su explosividad.

Es muy probable que las defensivas de Nueva Orleans e Indianápolis sufran, pero quizá vaya a resentir más el rigor la de Indy (con o sin el liniero defensivo Dwight Freeney), pues ahora le toca enfrentar una ofensiva del calibre de la suya, mientras la defensa de los Santos ya lidió con el ataque de Vikingos, en estadística más poderosa que la de los Potros.

Si bien es cierto que la defensiva de los Potros es, estadísticamente, mejor comparada con la de Nueva Orleans, el factor de potencia ofensiva y la previa experiencia con Minnesota puede jugar a favor de los de Louisiana. Nuestro pronóstico es que ganan los Santos en Tiempo Extra el Súper Tazón XLIV… y también triunfan los aficionados.

Hasta la próxima.

martes, 2 de febrero de 2010

El mundo iPad

Hacemos una pausa a las reflexiones sobre temas deportivos para centrarnos en la más reciente innovación tecnológica, el nuevo ‘juguete’ de Apple: el iPad. Este tablet, presentado el pasado 27 de enero de 2010, ha sido tema de conversación desde entonces, con puntos de vista encontrados y mucha polémica a su alrededor.

Steve Jobs, alto mando de Apple, lo mostró con la promesa de ser un “dispositivo mágico y revolucionario a un precio increíble”. La primera impresión que dejó este gadget fue el ser calificado como un ‘iPhone con esteroides’ por su tamaño.

Diversos análisis se han hecho entre los expertos en nuevas tecnologías y la comunidad geek. Hay muchas posiciones que resaltan más las carencias de iPad (no tener cámara, puertos USB y ser incompatible con Adobe Flash) que sus virtudes, aunque los pocos que se dicen encantados con este aparato le dan el beneficio de la duda.

Pero es tal la sensación de desencanto dejada por este nuevo adminículo que se ha vuelto ya blanco de críticas severas y burlas, lo cual nos hace rememorar la suerte que pasó el tristemente célebre Newton (curiosamente también creación de Apple).

De momento el iPad nos deja la impresión de ser un gadget que sirve para muy poco (o para nada), mas no deberíamos descartar que en un futuro evolucione en un aparato más moderno, con propiedades de iPhone, que sustituya a los actuales teléfonos fijos, así como pensar que lo mejor de iPad no viene con este modelo recién presentado, sino con sus siguientes versiones, si es que los chicos de Jobs ya trabajan en ello.

Sea un fiasco o un dispositivo innovador, pero incomprendido, Apple ya logró un punto fundamental con su ‘juguete’: medio mundo habla de iPad, ya sea para criticarlo, defenderlo o burlarse, pero mucha gente en los últimos días se ha referido a la nueva creación, está ya en la mente de la gente y puede acabar por comprarlo.

Hasta la próxima.