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domingo, 26 de diciembre de 2010

De enamoramientos y cortejos


Dejamos por un momento el tema deportivo para hablar de un eterno asunto en el mundo humano, el cual Oscar Wilde refiere en una frase: ‘Uno debe estar siempre enamorado, por esta razón uno no debería casarse nunca’.

Tal declaración nos lleva a las siguientes interrogantes: ¿por qué las personas se enamoran de unas y no de otras? ¿en qué consisten el amor sí y no correspondido? ¿qué ganan las mujeres y hombres cuando se ponen esquivos ante alguien del sexo opuesto que los corteja? ¿qué sucede con el matrimonio?

Quizá se pondría pensar que dichas preguntas no tienen relación con la cita del célebre escritor irlandés, pero sí la tienen. La materia en mención cuenta con complicados vínculos que atraviesan esferas psicológicas, culturales, morales e instintivas.

La gente se enamora porque empieza a perder la noción de la realidad. De repente ve en cualquier individuo a un ser magnánimo cuyos defectos son ‘inexistentes’. Este fenómeno no es provocado exclusivamente por seres vivos racionales. Pueden darse enamoramientos hacia animales irracionales, objetos inanimados, una actividad o incluso invenciones fantásticas.

Realmente es difícil explicar el porqué los humanos son ‘flechados’ por determinados sujetos y no por otros. Un argumento sólido es el hecho de que esa persona en particular ‘ayuda’ a olvidar lo cruel del entorno en que se vive.

Sin embargo, es preciso aclarar que el enamoramiento no es lo mismo que el amor. En todo caso, el primero es la antesala al siguiente paso del proceso de ‘cortejo y apareamiento’ de los entes racionales; el segundo es un estado mental complejo, pasional y razonado.

Lo anterior nos lleva a un constante dilema que tienen las personas sobre el concepto de amor correspondido y el no correspondido. En una definición simple, el inicial marca a la persona con la que se tiene opción de convivir en pareja sin escollos importantes (condición social distinta, lugares de residencia apartados, diferencia de edad alta, antecedentes personales, etc.); mientras el otro presenta obstáculos difíciles de sortear.

A lo largo de la historia humana, se han dado casos de enamoramientos hacia seres inalcanzables. Los amores no correspondidos generalmente acaban en patologías psicológicas muchas veces terminadas en tragedias, justamente porque el estado de fantasía jamás aceptó a la realidad.

Estos pasajes encontraron cabida en el arte, y se difundieron a través del tiempo en forma de pinturas, música o textos literarios. También es una inagotable fuente de creación de relatos nuevos que giran en torno a dicha problemática.

Por el contrario, cuando el amor es correspondido rara vez surgen conflictos en la química de los dos humanos que forman pareja, mas el transcurso para fincarlo puede ser turbulento, ya sea porque alguno de los dos se puso a la defensiva o se metió en la danza del flirteo un tercero o hasta un cuarto.

En este último escenario surgen factores sexuales, morales, culturales e instintivos. Que varios hombres estén detrás de la misma señorita o viceversa también se ve en el reino animal irracional. Es el natural ritual de cortejo presente en todos los seres vivos. En mamíferos es la época de celo, cuando hay receptibilidad hacia el apetito sexual y la reproducción (no olvidemos que los homo sapiens pertenecen a esta clase).

Empero, con el tiempo se hizo una tradición entre los varones que el ‘conquistar’ a la bella doncella tiene una connotación de ‘superioridad’. Es un legado de la lucha por el control del territorio también presente en las criaturas sin raciocinio. Las damas, por su parte, con los siglos asumieron ese rol de ‘trofeo’ que la misma sociedad les impuso, además que de alguna manera así veían con cuál les convenía estar.

Contra lo imaginado, el procedimiento antes expuesto también sucede a la inversa, donde el macho atractivo es el ‘premio’ y la muchacha que lo consigue la ‘non plus ultra’.

Para respetar de alguna forma ese ‘gallardete’ para el ser que ‘se hizo’ con su sujeto de deseo, se instauró la monogamia en la que por fuerza el mismo ente masculino tiene que estar con un mismo ser femenino. No obstante, dicho status ha llegado a ser violentado a tal grado que un macho humano puede tener relaciones con distintas hembras.

La figura del matrimonio dio mayor validez a la pareja monogámica y se les tildó de ‘inmorales’ a quienes llevaran a cabo la poligamia. Pero hay quienes ven a la idea del contraer nupcias como una forma más de ‘esclavizar’. Incluso quienes viven solteros(as) reciben reproches de la misma sociedad por su condición.

Sin embargo, la irrupción activa de las mujeres en el ámbito productivo profesional significó un fuerte golpe a la monogamia legal. Las chicas del presente en distintas partes del mundo valoran más su oficio en el cual aspiran a crecer como personas. La sola idea de tener un contrato amoroso institucional con un varón y tener hijos es percibido como un lastre a su carrera laboral.

Los hombres de alguna forma también lo ven igual. El contexto socioeconómico del orbe cambió a fines del siglo XX y principios del XXI. En la actualidad es más difícil ganarse la vida para uno solo; si se le agregan dos individuos más por mantener la situación se torna cada vez más onerosa.

Resumiendo todo lo antes expuesto:

La gente se enamora de ciertas personas a quienes ve como ‘perfectas’ para ignorar la realidad. Si hay obstáculos serios en la obtención del vínculo con el sujeto deseado se luchará por superarlos o tener un desenlace trágico. En caso de tumbar las barreras con éxito se tendrá la categoría de ‘superior’ al quedarse con el ‘trofeo’, el ser de sexo opuesto a quien cortejaba.

La conquista del ‘galardón’ se legalizó mediante el matrimonio monogámico como una protección, aunque las recientes dificultades de sobresalir en el mundo moderno han golpeado de forma importante al que por siglos ha sido el pilar de los núcleos familiares tradicionales.

Y en cuanto a la frase que citamos de Oscar Wilde al principio, quizá sólo habría que complementarlo con otra reflexión: ‘ame y respete, pero no deje de ver el entorno’.

Hasta la próxima.

Autora de la imagen de este post: Alina Poulain

domingo, 12 de diciembre de 2010

La cuna del golf: St. Andrews


Uno de los orgullos de Escocia, junto a sus majestuosos castillos y tradición gaitera, es el viejo juego de los palos, el golf. Como todo deporte también tiene su punto de partida y ‘Catedral’. Nos referimos a St. Andrews y al campo Old Course.

La relevancia del lugar la definió a la perfección el célebre jugador Jack Nicklaus cuando aseguró: “Si un golfista quiere ser recordado, tiene que ganar en St. Andrews”.

En la costa Este de Escocia se encuentra el considerado ‘hogar del golf’, pues según algunas evidencias ahí se empezó a jugar alrededor del año 1400. Durante un tiempo el deporte fue prohibido, pero tras levantarse la veda en 1552 se retomó su práctica.

Old Course, un campo de par 72 con 6,721 yardas, es el más legendario de todos los terrenos para practicar el juego de los bastones y los hoyos. Tiene como rasgo significativo el punte Swilcan, con una antigüedad estimada en 700 años.

Para 1574 Old Course tuvo su primera práctica de golf registrada en la historia, no obstante que los historiadores del juego dudan de la longevidad real del campo y estima que posiblemente fuera usado para el deporte de los palos mucho antes del siglo XVI.

Al principio sólo tenía un fairway, pero la popularidad del golf lo hizo abrir un segundo, aumentar los greenes y acortar dos hoyos. Originalmente contaba con 12 concavidades, 10 de las cuales se jugaban en sentido de las manecillas del reloj y a la inversa, lo que daba como resultado un campo de 22 hoyos.

En 1764, de nueva cuenta cambió el trazado de la ‘Catedral’. Los primeros cuatro huecos se unieron para dejar dos, con lo que el número final de agujeros quedó en 18. Se cree que a partir del Old Course se adoptó como medida estándar que se disputen esa cantidad de agujeros, a la fecha vigente en el juego.

Otro detalle singular que presenta el histórico campo son sus siete greenes compartidos; sólo los huecos 1, 9, 17 y 18 son solitarios.

Un momento clave se dio en St. Andrews un poco antes, en 1754, cuando se fundó la Sociedad de Golfistas de St. Andrews, un club local que con el tiempo adquirió fuerza, tanto que para 1834 el Rey William IV le concedió la categoría de ‘real’ y pasó a llamarse Royal and Ancient Golf Club of St. Andrews (R&A).

Por increíble que suene durante más de 20 años el gran desafío de los golfistas en la ‘Catedral’ fue la presencia de conejos. En 1797, el Ayuntamiento de St. Andrews perdió el control de los Links por bancarrota, y los pobladores encontraron vía libre para la crianza de roedores en los alrededores. El conflicto fue conocido como las ‘Guerras Conejo’.

La ‘batalla’ entre jugadores y roedores se resolvió en 1821 cuando un terrateniente llamado James Cheape de Strathtyrum compró un terreno exclusivamente para tener ahí a los conejos.

Para 1860 se empezó a disputar un torneo anual que reuniría a los mejores jugadores de Escocia e Inglaterra, en un principio llamado Belt Championship o Desafío Belt, aunque no se jugó en el Old Course de St. Andrews, sino en el Prestwick Golf Club de South Ayrshire.

En dicho certamen, Willie Park Senior conquistó el título en tres rondas con un total de 174 golpes, dos menos que el segundo lugar, el legendario Tom Morris Sr. Con el pasar de los años el Belt Championship adquirió su nombre actual: The Open o el Abierto Británico, el más viejo de los Majors del golf.

Desde 1860 y salvo 1871, Prestwick fue la sede del torneo, hasta que en 1873 por fin se trasladó al Old Course de St. Andrews al asumir el control del mismo la Royal and Ancient. Desde entonces se acordó que el hogar del torneo sea rotatorio entre campos escoceses, más tarde extensivo a los ingleses.

Para la edición 1873, Tom Kidd fue el ganador en lo que significó la aparición de la emblemática competencia en el ‘hogar del golf’. En aquella oportunidad, las condiciones climáticas alteraron al evento que sólo pudo disputar dos rondas. Kidd pegó en la primera 91 y en la segunda 88 golpes para llevarse el galardón por encima de Jamie Anderson (91 y 89).

Ya en 1897, la influencia de la R&A le permitió convertirse en la responsable de velar por las reglas del golf, así como modificarlas, lo cual evalúa cada año.

El Abierto Británico, que sólo se realiza en la cuna del golf en un intervalo de cinco años en promedio, no es el único evento del juego que se hace en el Old Course. Los domingos usualmente se cierra el lugar para ‘descansar’ al césped y que los habitantes de los Links y St. Andrews lo visiten.

Aparte del Open, la ‘Catedral’ alberga el Abierto Británico femenil, el Dunhill Links Championship (evento del Tour Europeo) y los torneos amateurs St. Andrews Links Trophy y el St. Rule Trophy.

Muchos golfistas han pasado por el histórico campo, pero de entre ellos los más notorios son Bob Martin, J.H. Taylor, James Braid, Jack Nicklaus y Tiger Woods, con más de un título del Major en la casa del juego.

Los latinos también han hecho su parte. En 1984 el español Severiano Ballesteros se convirtió en el primer hispanoparlantes en ganar el Open en St. Andrews. Mientras, la mexicana Lorena Ochoa conquistó el Abierto femenil en Old Course en el 2007 para ser, además, la primera mujer en lograr un título ahí, pues por años fue considerado ‘sólo para varones’.

Esto es a grandes rasgos el Old Course de St. Andrews, la ‘Catedral’ de la ‘cuna del golf’.

Hasta la próxima.

martes, 7 de diciembre de 2010

Wembley, la ‘Catedral’ del fútbol (parte II)


Inglaterra es la cuna del balompié moderno y con reglas. Ahí también se localiza el sitio más emblemático para la práctica de este deporte: el Estadio de Wembley.

Continuamos con el breve recorrido por la historia de este legendario campo ubicado en la zona noroeste de Londres y que para el siglo XXI tuvo una modificación total.

La ‘Catedral’ ha recibido múltiples eventos, destacando la F.A. Cup, la Copa de la Liga Inglesa, la Copa Europea de Clubes (actual UEFA Champions League) y el Mundial de fútbol.

Aparte fue sede de la F.A. Community Shield (choque entre los campeones del máximo circuito inglés y la Copa de Inglaterra) desde 1974; la Eurocopa de 1996 (ganada en tiempo extra por Alemania); y otras tres finales de la Liga de Campeones de la UEFA (1971, 1978 y 1992) posteriores a las tenidas en 1963 y 1968.

Fuera del balompié, fungió como uno de los recintos para los Juegos Olímpicos de Londres 1948; también albergó el Campeonato Mundial de Motociclismo; la Challenge Cup y la Copa del Mundo de Rugby League, así como algunos juegos de rugby union; carreras de galgos; partidos de fútbol americano de la NFL y su versión Europa; fútbol gaélico; hockey y luchas.

Más allá del deporte, Wembley fue testigo de grandes conciertos. Cantantes y bandas de la talla de Paul McCartney, Bob Dylan, The Rolling Stones, The Who, Pink Floyd, Queen, ABBA, Elton John, Bee Gees, U2, Madonna, Phil Collins, Sting, Billy Joel, Bruce Springsteen, Michael Jackson, Spice Girls, entre otros tocaron en la ‘Catedral’.

El evento musical más famoso ocurrido ahí fue Live Aid el 13 de julio de 1985, cuando Midge Ure y Bob Geldof reunieron a estrellas de rock y pop, quienes cantaron tanto en Londres como en Filadelfia, Estados Unidos, con el fin de recaudar fondos para las víctimas de la hambruna que asolaba a África.

Para octubre del 2000, el inmueble cerró sus puertas y fue demolido. Antes, el 20 de mayo, tuvo su último partido de fútbol con la final de la F.A. Cup entre Chelsea y Aston Villa. Gol de Roberto Di Matteo al minuto 73 le dio el triunfo por la mínima a los Blues. El viejo inmueble se despidió teniendo capacidad de 82 mil personas.

Durante cerca de siete años tiraron el viejo estadio y construyeron un nuevo Wembley que costó 798 millones de libras, el cual quedó listo para marzo de 2007 y estrenado con un empate a tres entre las selecciones sub-21 de Inglaterra e Italia. Dicho juego amistoso disputado el 24 de marzo fue el primer evento deportivo del escenario.

Al renovado estadio le caben hasta 90 mil personas, pero tiene asignadas diferentes capacidades para los distintos eventos que reciba. Cuanta con un techo retráctil y su sello distintivo es el gran arco de acero que cruza el lugar y cuya máxima altura es de 133 metros. Las dimensiones del campo son de 105 x 70 metros, las mismas del original.

Un dato curioso del inmueble es que cuenta con 2,618 baños que lo hace la instalación con más sitios para el desalojo de desechos naturales.

El primer partido oficial que tuvo el nuevo Wembley fue la final de la F.A. Cup el 19 de mayo de 2007. Chelsea venció con solitario gol de Didier Drogaba en el minuto 116 del tiempo extra al Manchester United.

Los Blues y Red Devil se volvieron a ver en el renovado escenario, ahora con motivo de la F.A. Community Shield el cinco de agosto de 2007. Tras quedar 1-1 en tiempo regular (Florent Malouda al 45 por Chelsea, Ryan Giggs al 35 por el United), en penales el Man. U se impuso 3-0, con tres tiros atajados del arquero Edwin van der Sar.

Hasta el 24 de febrero del 2008 Wembley retomó la sede de la final de la Copa de la Liga Inglesa. Chelsea, que llegaba como campeón defensor, cedió el título al Tottenham Hotspur que ganó 2-1 en prórroga. Didier Drogba adelantó a los Blues al 39, pero Dimitar Berbatov empató al 70. Jonathan Woodgate, al 94, puso el tanto del gane para los Spurs.

También regresaron al inmueble los partidos de la Challenge Cup de rugby league, duelos de rugby union, eventos automotrices como la Carrera de Campeones. De igual forma es una de las sedes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

El acontecimiento más importante sin ser balompié que ha recibo hasta antes de 2012 es el fútbol americano de la NFL. El 28 de octubre de 2007, los Gigantes de Nueva York enfrentaron a los Delfines de Miami en el primer partido de temporada regular de dicha liga que se juega fuera de Norteamérica. Los G-Men triunfaron 13-10 y se convirtió en tradición a la fecha que Wembley tenga al año un encuentro del mejor circuito de tocho.

Pero el lugar ya tiene sus controversias. Durante las semifinales de la F.A. Cup de 2010, Harry Redknapp y Sir Alex Ferguson, técnicos del Tottenham Hotspur y Manchester United, respectivamente, así como el jugador del Chelsea, John Terry, criticaron el estado del campo que por entonces se encontraba maltratado por tantos eventos que ha recibido.

Los conciertos musicales también volvieron, destacando presentaciones de Madonna, U2, AC/DC, Oasis y George Michael, entre otros. Similar al Live Aid de 1985, fueron el Concierto por Diana del 1 de julio de 2007 (en recuerdo por los 10 años de la muerte de la Princesa Diana de Gales), y Live Earth del 7 de julio de ese mismo año (evento con el fin de concientizar a la sociedad de cuidar la ecología por los efectos del cambio climático).

Esto es el Estadio de Wembley, ‘Catedral’ del fútbol inglés y mundial.

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Wembley, la ‘Catedral’ del fútbol (parte I)


Es sabido que el fútbol como lo conocemos tuvo su origen moderno y reglamentado en Inglaterra, a mediados del siglo XIX. Ahí también está el lugar más emblemático para la práctica de este deporte: el Estadio de Wembley.

Haremos un breve recorrido por la historia de este legendario campo ubicado en la zona noroeste de Londres.

Durante los años 80 del decimonónico el lugar era un parque con canchas de balompié y cricket. En 1889 se intentó construir ahí una moderna estación ferroviaria con el impulso de Sir Edward Watkin, incluso empezaron a levantar una columna que fue llamada ‘la Torre Watkin’. Sin embargo, el proyecto no prosperó y fue abandonado.

Para la década de los 10 del siglo XX, el Parque Wembley se convirtió en terreno de golf, hasta que en 1918 el gobierno lo seleccionó para instalar ahí un campo deportivo nacional llamado Estadio del Imperio Británico.

Los arquitectos Sir John Simpson y Maxwell Ayerton, así como el ingeniero Sir Owen Williams fueron los encargados de la obra que costó de 750 mil libras esterlinas. Para el 28 de abril de 1923 quedó listo y fue inaugurado por el Rey Jorge V. Le cabían 100 mil espectadores y su sello distintivo fueron las torres gemelas blancas que adornaban el acceso principal. Las dimensiones del campo eran de 105 x 70 metros.

El primer acontecimiento que recibió fue la final de la F.A. Cup de 1923, cuando Bolton Wanderers derrotó 2-0 al West Ham United, partido recordado como la ‘White Horse Cup Final’ en el que abundó el desorden y la invasión a la cancha por parte de los aficionados.

En ese juego, David Jack convirtió el primer gol en la historia del escenario apenas a los dos minutos de iniciado el cotejo, mientras el escocés Jack Smith puso cifras definitivas al 53.

La selección de Inglaterra usó Wembley como sede en abril de 1924, cuando disputó un juego amistoso que empató a uno con Escocia. No obstante, fue hasta 1951 cuando lo adoptó definitivamente como su hogar.

Otro evento futbolístico memorable fue la final de la F.A. Cup de 1953 que enfrentó al Blackpool contra Bolton, bautizada como ‘Matthews Final’ en honor a Stanley Matthews, un famoso delantero del Pool quien buscaba ganar el certamen en el tercer intento, pues ya tenía 38 años de edad y perdió en las ediciones de 1948 (contra Manchester United) y 1951 (ante Newcastle United).

El duelo realizado el 2 de mayo se caracterizó por el dramatismo. Nat Lofthouse adelantó a los Trotters al minuto dos. Stan Mortensen empató al 35, pero Bobby Langton devolvió la ventaja a los Wanderers al 40. Al 55 Eric Bell puso un 3-1 que parecía lapidario, pero dos tantos más de Mortensen, más uno de Bill Perry en el agregado le dio el gallardete a los Seasiders.

El estadio recibió mejoras en 1955 con la instalación de luminarias, lo que permitió la realización de eventos nocturnos. Con la elección de Inglaterra como sede del Mundial de 1966, el escenario tuvo más arreglos. Se le instalaron una pizarra electrónica y un techo de aluminio y cristal. Todo quedó listo para 1963.

En ese mismo año, la ‘Catedral’ recibió por primera vez la final por el título de la Copa Europea (actualmente UEFA Champions League). El 22 de mayo se midieron AC Milan y el Benfica. Los rossoneros se repusieron de un tanto de Eusebio al minuto 18 con anotaciones de José Altafani al 58 y 66 para alzar conquistar el torneo.

Años después se llevó a cabo con normalidad la Copa del Mundo inglesa. Wembley fue el marco de la gran final entre los anfitriones y Alemania Occidental el 30 de julio de 1966, aún con el recuerdo fresco de la Segunda Guerra Mundial que enemistó a anglosajones con germanos.

Helmut Haller adelantó a los alemanes al minuto 12. Geoff Hurst empató al 18. Martin Peters le dio la ventaja a los locales al 78, pero Wolfgang Weber al 89 impidió el festejo de todo un reino. En tiempo extra vino la polémica.

Hurst disparó contra puerta contraria al minuto 101, el balón superó al arquero Hans Tilkowski, pegó en el travesaño, rebotó sobre la línea de gol y salió. El árbitro suizo Gottfried Dienst dudó, mas al consultar con sus auxiliares dio por válido el tanto inglés, que en fotografías y video demostraba que no fue gol claro.

Mientras, Hurst puso el cuarto gol para Inglaterra al 120, tercero para él en el juego, con lo que los ingleses conquistaron el título en definitiva.

A partir de 1967, Wembley se volvió sede de la final de la Copa de la Liga Inglesa, competencia establecida en 1960 y cuyo título antes se resolvía en series a visita recíproca. El 4 de marzo del 67 Queens Park Rangers y West Bromwich Albion definieron al primer triunfador en partido único.

Clive Clark al minuto siete y 36 adelantó a los Baggies, pero una ráfaga de tres tantos sin respuesta de los Hoops, cortesía de Roger Morgan al 63, Rodney Marsh al 75, y Mark Lazarus al 81, les dieron el campeonato y la sorpresa porque el QPR era de Tercera División, mientras el West Brom estaba en Primera.

En 1968 la ‘Catedral’ presenció el primer gran triunfo inglés en la Copa Europea de Clubes cuando el Manchester United ganó el título por primera vez al golear 4-1 al Benfica en tiempo extra. Bobby Charlton adelantó a los Red Devils al minuto 53, mientras Jaime Graça empató al 75 por los lusos. En prórroga, George Best al 93, Brian Kidd al 94 y Charlton al 99 sentenciaron el título para el Man. United.

Wembley celebró su aniversario 50 en 1973 con la disputa de la F.A. Cup, la final número 92 que tenía lugar en el ya histórico sitio. El Leeds United, equipo de Primera División, enfrentaba al Sunderland, de Segunda y sin jugadores internacionales, por la Copa de Inglaterra. Los Whites eran amplios favoritos, pero el desenlace fue inesperado.

Los Blacks Cats planearon meticulosamente cómo neutralizar al Leeds, y al minuto 31 Ian Porterfield marcó por el Sunderland. Pero mucho mérito tuvo el arquero Jimmy Montgomery, quien salió inspirado para detener todo lo que le llegó; incluso realizó una doble atajada a tiros seguidos de Trevor Cherry y Peter Lorimer.

Concluyó el partido, el Sunderland ganó la Copa de Inglaterra, primera vez que un Segunda lo conquistaba desde el West Bromwich Albion de 1931. El sorpresivo resultado es otra más de las grandes memorias del Estadio de Wembley.