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sábado, 21 de noviembre de 2009

Asuntos de apreciación

He escuchado y leído muchas opiniones sobre la polémica deportiva del momento. Prácticamente todo el mundo sabe que Francia venció 2-1 a República de Irlanda en tiempo extra con un gol ilegal de William Gallas, porque venía de un fuera de lugar y una mano de Thierry Henry para acomodarse el balón y luego darle el pase a Gallas.


Ambas faltas son evidentes. Lo que llama la atención son las consecuencias y reacciones en torno a dicha acción que habrá durado tres segundos. A Henry lo han tachado de ‘tramposo’ y ‘ladrón’. Al árbitro de ese juego, el sueco Martin Hansson, de ‘incompetente’, y a la FIFA de ‘encubridora’ de fuertes intereses. Dichos calificativos son respetables, mas quizás ya rayan en la exageración.


Analizando la jugada una y otra vez, así como leer el comunicado de la FIFA en la cual declara que el partido Francia-Irlanda no se puede repetir porque, ‘como claramente establecen las Reglas del Juego, durante los partidos, los árbitros toman las decisiones, y dichas decisiones son inapelables’, tiene sentido la postura de dejar todo como está.


Y es que el fútbol soccer, al igual que el resto de los deportes, está lleno de apreciaciones, una característica humana que no es infalible. Errores arbitrales hay en todos los deportes, son llamadas ‘fallas de apreciación’, es imposible que no ocurran yerros, pero los árbitros no dejan de ser la máxima autoridad en los deportes, los que ponen el orden, los que merecen respeto primeramente, y a partir de ahí se empieza el tan nombrado juego limpio (‘fair play’).


Además, hay otro punto. Si se quisiera repetir un partido o competencia por una falla de la máxima autoridad del juego (llámense árbitros, réferis, ampayers, oficiales o jueces), ello haría que se aplique por igual en otras situaciones y nos llevaría a la pregunta: ¿hay tiempo para volverlos a hacer?


Sin embargo, se busca es que en los deportes exista más justicia, caballerosidad, limpieza. Dejando que los árbitros sigan tomando decisiones a partir de sus subjetivas apreciaciones las pifias existirán con abundancia porque no se pueden evitar. Es ahí donde entra el tema de la ayuda tecnológica, justamente para reducir la cantidad de yerros y preservar el espíritu del ‘fair play’. En algunas disciplinas ya se usa, mientras en otras no (lamentablemente el balompié es una de ellas).


Regresando al tema específico del fútbol soccer, ya no hay marcha atrás, Francia se va al Mundial, pero al menos se esperan consecuencias que dejen precedentes. Ojalá estas sean: 1) que Henry reciba una llamada de atención; 2) sin Copa del Mundo del 2010 para el silbante Martin Hansson; 3) que la FIFA, junto a la International Board, modifiquen las reglas del balompié para ya usar la tecnología o poner más árbitros en el campo; 4) si la Federación Francesa de Fútbol analiza todo el lío armado, daría una gran lección de juego limpio si decide que Francia no vaya al Mundial, dejando su lugar a Irlanda, pues para una nación que ya fue campeona del orbe sería indigno alcanzar la etapa final de una Copa del Mundo con un gol ilegal.


Por cierto, fuera de tema, aprovecho para decir que es un gusto ser parte ahora de la denominada blogósfera. Hasta la próxima.