La primera gran ‘catedral’ del fútbol en América es el Estadio Centenario de Montevideo, inaugurado oficialmente el 18 de julio de 1930 con motivo de la Copa del Mundo de la FIFA de ese año.
Desde entonces ha tenido más eventos y otras reformas en su composición.
Después del Mundial de Uruguay que fue ganado por los locales, el Coloso de Cemento tuvo un espectáculo nocturno el 24 de agosto de 1930, con la salvedad de hacerse a obscuras debido a que la Comisión Municipal de Fiestas pidió prestada la Tribuna Olímpica para hacer un festival de fuegos ratifícales.
Un año después, el Centenario se abrió a otros deportes. La Federación Uruguaya de Boxeo y la Confederación de Atletismo utilizaron los vestuarios para concentrar a sus exponentes que participarían en importantes eventos; los púgiles en el Campeonato Latinoamericano de la especialidad, mientras los atletas en el Sudamericano.
En 1932, la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) inició los trámites para instalar alumbrado eléctrico. También se colocaron mástiles a un lado de la Torre de los Homenajes desde donde hondean las banderas de los equipos en contienda. De igual forma se comenzó con la tradición de usar una bandera roja que indique si un partido está suspendido.
Las torres lumínicas quedaron listas para el 7 de diciembre de ese año, fecha en que Nacional y Wanderers disputaron el primer juego oficial nocturno.
Tiempo después se estudió la capacidad del lugar. Cuando estaba en proceso de construcción se pensaba hacerlo con cupo para 102 mil personas, pero la premura por terminar la obra la dejó en 70 mil. Aun así, la CAFO no estaba segura de cuántas almas le cabían al Centenario. El registro arrojó que habitualmente el Coloso tenía entradas de 61 mil 575 espectadores, habiendo podido entrar 5 mil 799 más.
Pero en los 40, de nuevo verificaron el cupo del inmueble. Les marcó un asistencia de 59 mil 287 personas. Años más tarde se ponderaría por incrementar la capacidad del lugar.
Durante 1947 el estadio fue sede de la última etapa de la Vuelta Ciclista al Centenario, evento que siempre terminó ahí hasta 1954. En el fútbol, la CAFO prohibió el uso de himnos y otras marchas como un recurso para reducir los brotes de violencia.
En los 50, la CAFO analizó aumentar la capacidad del Centenario. Hubo la intensión de subirla a 100 mil espectadores, pero con la ampliación en las tribunas Amsterdam y Colombes se llegó al cupo de 74 mil 860 almas en total tras 1955. Para 1959, se instaló un tablero indicador de resultados en otras canchas y dos filas de palcos para periodistas en la Tribuna América.
A partir de 1967 empezó a trabajar una comisión pro Museo del Fútbol, el cual vería consumada su labor el 15 de diciembre de 1975 con la inauguración del recinto, justo detrás del Tribuna Olímpica y contiguo a la Torre de los Homenajes.
Para los 80 y 90 se dan más reformas en el inmueble. La potencia de la iluminación se aumentó, y se modernizó el tablero electrónico en la Colombes. De igual forma se bajó el cupo del escenario por motivos de seguridad.
Un momento cumbre ocurrió el 18 de julio de 1983 cuando la FIFA declaró al Estadio Centenario como ‘Monumento Histórico del Fútbol Mundial’, única construcción en el orbe con un título de esta índole.
A nivel de eventos futbolísticos internacionales, recibió los Sudamericanos de 1942, 1956 y 1967, así como un Mundialito en 1980 y la Copa América de 1995, todos ganados por Uruguay.
Más allá del deporte, el Gigante de Cemento recibió eventos musicales. De entre las bandas y cantantes más destacado que actuaron ahí están Bryan Adams, Chayanne, Enrique Inglesis, Eric Clapton, Fito Páez, Guns N’ Roses, Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Luciano Pavarotti, Luis Miguel, Plácido Domingo y Sting, entre otros.
En el presente, la cancha del Centenario tiene dimensiones de 105 x 68 metros. Su actual capacidad es de 65 mil 235 personas. La selección uruguaya aún lo usa como sede de sus partidos de local. El club Peñarol lleva ocupándolo en alquiler desde los 40 del siglo XX, aunque cualquier equipo charrúa que lo solicite puede utilizarlo.
A grandes rasgos, ésta es la historia de un escenario legendario para la práctica del fútbol y del deporte como es el mítico Estadio Centenario de Montevideo.
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Desde entonces ha tenido más eventos y otras reformas en su composición.
Después del Mundial de Uruguay que fue ganado por los locales, el Coloso de Cemento tuvo un espectáculo nocturno el 24 de agosto de 1930, con la salvedad de hacerse a obscuras debido a que la Comisión Municipal de Fiestas pidió prestada la Tribuna Olímpica para hacer un festival de fuegos ratifícales.
Un año después, el Centenario se abrió a otros deportes. La Federación Uruguaya de Boxeo y la Confederación de Atletismo utilizaron los vestuarios para concentrar a sus exponentes que participarían en importantes eventos; los púgiles en el Campeonato Latinoamericano de la especialidad, mientras los atletas en el Sudamericano.
En 1932, la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) inició los trámites para instalar alumbrado eléctrico. También se colocaron mástiles a un lado de la Torre de los Homenajes desde donde hondean las banderas de los equipos en contienda. De igual forma se comenzó con la tradición de usar una bandera roja que indique si un partido está suspendido.
Las torres lumínicas quedaron listas para el 7 de diciembre de ese año, fecha en que Nacional y Wanderers disputaron el primer juego oficial nocturno.
Tiempo después se estudió la capacidad del lugar. Cuando estaba en proceso de construcción se pensaba hacerlo con cupo para 102 mil personas, pero la premura por terminar la obra la dejó en 70 mil. Aun así, la CAFO no estaba segura de cuántas almas le cabían al Centenario. El registro arrojó que habitualmente el Coloso tenía entradas de 61 mil 575 espectadores, habiendo podido entrar 5 mil 799 más.
Pero en los 40, de nuevo verificaron el cupo del inmueble. Les marcó un asistencia de 59 mil 287 personas. Años más tarde se ponderaría por incrementar la capacidad del lugar.
Durante 1947 el estadio fue sede de la última etapa de la Vuelta Ciclista al Centenario, evento que siempre terminó ahí hasta 1954. En el fútbol, la CAFO prohibió el uso de himnos y otras marchas como un recurso para reducir los brotes de violencia.
En los 50, la CAFO analizó aumentar la capacidad del Centenario. Hubo la intensión de subirla a 100 mil espectadores, pero con la ampliación en las tribunas Amsterdam y Colombes se llegó al cupo de 74 mil 860 almas en total tras 1955. Para 1959, se instaló un tablero indicador de resultados en otras canchas y dos filas de palcos para periodistas en la Tribuna América.
A partir de 1967 empezó a trabajar una comisión pro Museo del Fútbol, el cual vería consumada su labor el 15 de diciembre de 1975 con la inauguración del recinto, justo detrás del Tribuna Olímpica y contiguo a la Torre de los Homenajes.
Para los 80 y 90 se dan más reformas en el inmueble. La potencia de la iluminación se aumentó, y se modernizó el tablero electrónico en la Colombes. De igual forma se bajó el cupo del escenario por motivos de seguridad.
Un momento cumbre ocurrió el 18 de julio de 1983 cuando la FIFA declaró al Estadio Centenario como ‘Monumento Histórico del Fútbol Mundial’, única construcción en el orbe con un título de esta índole.
A nivel de eventos futbolísticos internacionales, recibió los Sudamericanos de 1942, 1956 y 1967, así como un Mundialito en 1980 y la Copa América de 1995, todos ganados por Uruguay.
Más allá del deporte, el Gigante de Cemento recibió eventos musicales. De entre las bandas y cantantes más destacado que actuaron ahí están Bryan Adams, Chayanne, Enrique Inglesis, Eric Clapton, Fito Páez, Guns N’ Roses, Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Luciano Pavarotti, Luis Miguel, Plácido Domingo y Sting, entre otros.
En el presente, la cancha del Centenario tiene dimensiones de 105 x 68 metros. Su actual capacidad es de 65 mil 235 personas. La selección uruguaya aún lo usa como sede de sus partidos de local. El club Peñarol lleva ocupándolo en alquiler desde los 40 del siglo XX, aunque cualquier equipo charrúa que lo solicite puede utilizarlo.
A grandes rasgos, ésta es la historia de un escenario legendario para la práctica del fútbol y del deporte como es el mítico Estadio Centenario de Montevideo.
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