Ahora que el tenista suizo Roger Federer impuso
nuevo récord de semanas como número uno mundial con 287 (y contando), es tiempo
de poner fin a un mito.
Desde hace años se ha dicho que el jugador
helvético es ‘endeble’ en la tierra batida. Ciertamente, tiene más títulos de
Grand Slam entre el césped y la cancha dura que en arcilla, pero eso no se debe
a una deficiencia.
Hasta antes del torneo olímpico de tenis de
Londres 2012, Federer tiene en su carrera profesional, marca de 176 victorias
por sólo 53 derrotas en la tierra batida. Incluso lleva más triunfos sobre
dicha superficie que en pasto donde acumula 112, aunque hay que precisar que
las temporadas de césped son más cortas comparadas con las de arcilla.
De hecho, el ‘Expreso suizo’ cuenta en su haber
con cinco finales de Roland Garros, el mayor torneo de tenis del orbe que se
disputa en tierra batida. Ahí tiene un título y cuatro subcampeonatos. Son
números bastante buenos en comparación con otras leyendas del deporte blanco.
Pete Sampras, por ejemplo, fue un gran tenista,
miembro del Salón de la Fama de Newport y con 14 títulos de Grand Slam. Sin
embargo, el estadounidense jamás conquistó Roland Garros. Ni siquiera llegó a
la final, ya que su mejor resultado fue ser semifinalista en 1996.
Todo ello demuestra que Roger Federer no es ‘torpe’
en arcilla. Se ha creado la idea de que el helvético se ‘debilita’ fuera de las
canchas duras y el pasto porque ha perdido con Rafael Nadal. Pero hablar del
español es referirse a uno de los mejores arcillistas de la historia, con siete
campeonatos (y contando) del Abierto Francés.
Cabe la posibilidad de que si no hubiera
existido Nadal, el ‘Reloj’ tendría más conquistas de Roland Garros, ya que su
único cetro, el logrado en 2009, se dio porque no se enfrentó en la final con
el tenista ibérico, sino al sueco Robin Söderling. Pero, el ‘hubiera no
existe’, como se dice comúnmente.
En resumen, Roger Federer juega igual de bien y
gana en todas las superficies, a menos que en arcilla se encuentre con el
también histórico Rafael Nadal.
Hasta la próxima.