El pasado viernes 12 de marzo de este 2010, México y Latinoamérica vieron las primeras imágenes del futbolista Salvador Cabañas, mes y medio después de recibir un balazo en la cabeza. El ‘Tanque’ lució bien en la entrevista concedida a Karla Iberia Sánchez, de la cadena Televisa, incluso tuvo una aceptable soltura al jugar tenis de mesa.
Diversas reacciones se han dado desde entonces. Por un lado y mayoritariamente, muestras de satisfacción de ver que un ser humano sobrevivió a un percance tan difícil, reflejando franca mejoría en su salud. Por otro punto, también ha habido manifestaciones de indignación hacia la televisora que difundió la entrevista.
Nos parece un alivio que Cabañas esté vivo y recuperándose, pero creemos que el trato al delantero estrella del América no fue la más adecuada. Durante la entrevista el paraguayo siempre tuvo la mirada fija hacia un mismo lugar y parecía perdida. Daba la impresión de ser una especie de robot que contrastó con su desempeño en el ping pong.
Varias voces en Twitter sugirieron que Televisa (dueña también del América) hizo todo este circo para empezar a recuperar parte del dinero gastado en la recuperación del futbolista. Es muy posible, sabemos la voracidad, no sólo de la televisora, de los grandes consorcios que no se caracterizan por su sincero humanismo en este sistema capitalista.
Cabañas fue mostrado como un Frankenstein guaraní, lo que quedó del futbolista estrella del americanismo, exhibido como si se tratase de una ‘cosa’ fuera de lo común. La gente que lo vio se quedó absorta, sólo que no de terror como describió Mary Shelley en su célebre obra, sino por la impresión de ver el estado de un persona que estuvo al borde la muerte.
Lo mejor que le puede pasar a Salvador Cabañas es que ya no lo vuelvan a presentar en público durante un largo tiempo, déjenlo en paz, que se siga recuperando en privado, no es necesario verlo (total, ya la televisión nos lo mostró como parte del circo).
Hasta la próxima.