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domingo, 12 de junio de 2011

El Estadio Centenario, un escenario legendario (parte I)





Después del mítico Wembley, hay un estadio en el mundo tan viejo e importante que ha sido sede de todo tipo de eventos. Nos referimos al Centenario de Montevideo.

El también conocido como ‘Gigante o Coloso de Cemento’ fue construido con motivo de la primera Copa del Mundo de fútbol a disputarse en Uruguay en 1930. Se escogió al Parque de los Aliados (antes Pereira, hoy Parque Batlle) como el lugar donde se edificaría el inmueble.

En esa zona ya estaba un campo de fútbol sede de los partidos del seleccionado uruguayo. Para la encomienda de tener un escenario acorde a la exigencia de FIFA, hubo que hacer mucho más. Como la obra fue ubicada en una hondonada agreste, se requirió remover tierra y nivelar la superficie.

Hay que mencionar que años antes, en 1923, se comenzó a elaborar el proyecto de un gran centro deportivo en el Parque de los Aliados. La designación de Uruguay como sede del Mundial el 18 de mayo de 1929 aceleró todo. Por cierto, esta última fecha es considerada por los uruguayos como el inicio del Centenario.

El 6 de julio de 1929, nació la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) tras un acuerdo entre la Asociación Uruguaya de Fútbol y el Consejo de Administración de Montevideo. La CAFO fue quien supervisó todo lo referente a la obra en ciernes, y designó al arquitecto Juan Antonio Scasso la confección de los planos para el estadio. La primera piedra se colocó el 21 de julio.

Tras superar todo tipo de escollos (físicos y administrativos), el inmueble quedó terminado en prácticamente un año, aunque las lluvias evitaron tenerlo listo para el comienzo de la Copa del Mundo. Los primeros ocho partidos de la justa se realizaron en Pocitos y Parque Central, canchas de los clubes Peñarol y Nacional, respectivamente.

Aún con el cemento húmedo, el 18 de julio de 1930 se inauguró oficialmente el escenario. Fue bautizado como ‘Centenario’ en honor a los 100 años de la promulgación de la primera constitución de la República Oriental del Uruguay.

El juego inaugural del Coloso de Cemento los protagonizaron el anfitrión y Perú. La Celeste abrió con Enrique Ballestero, Álvaro Gestido, Domingo Tejera, Héctor Castro, José Andrade, José Nasazzi, Lorenzo Fernández, Pedro Cea, Pedro Petrone, Santos Urdinaran y Victoriano Santos Iriarte.

Los peruanos alinearon a Jorge Pardón, Alberto Denegri, Alejandro Villanueva, Antonio Maquilón, Demetrio Neyra, Eduardo Astengo, José María Lavalle, Julio Lores, Luis Souza, Mario de las Casas y Plácido Galindo.

Con tanto del ‘Manco’ Castro, al minuto 60, Uruguay se impuso a Perú en el estreno del Centenario. Días después, los charrúas alcanzaron la final de ‘su’ Mundial. El último obstáculo que los separaba de la copa de campeón era su vecino y rival encarnizado Argentina.

Con goles de Pablo Dorado al minuto 12, Cea al 57, Iriarte al 68, y Castro al 89, la Celeste se impuso 4-2 a la Albiceleste, que sólo pudo marcar por medio de Carlos Peucelle al 20 y Guillermo Stabile al 37. El Centenario por primera vez presenciaba un logro internacional de los charrúas.

El Estadio Centenario es una edificación del tipo ovoidal. Sus cuatro tribunas están separadas por cuatro callejones y cada una tiene un nombre. La principal es la Olímpica, por las conquistas de Uruguay en el fútbol de los Juegos Olímpicos. Es la más grande y está coronada por la Torre de los Homenajes, con una altura de 100 metros.

Enfrente de la Olímpica está la Tribuna de Honor, que más tarde se denominó América. Es la de menor capacidad de todo el inmueble, aunque tiene palcos y la sala de prensa.

Tras los arcos están Amsterdam y Colombes, bautizadas así por las localidades en donde la Celeste conquistó sus dos títulos olímpicos en la década de los 20. En la Tribuna Colombes se encuentra el tablero electrónico.

Con el pasar del tiempo, el Estadio Centenario tendría algunas reformas.

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