Los Mundiales
de Fútbol no se quedaron sin trofeo después de que brasil se quedó en
perpetuidad con la Copa Jules Rimet. FIFA abrió un concurso para encontrar el
diseño del nuevo premio tras la copa del mundo celebrada en México 1970.
Se recibieron
53 candidatos, de los cuales la agraciada resultó ser la presentada por el
italiano Silvio Gazzaniga. El trofeo es diametralmente opuesto a lo que era la
Jules Rimet. Gazzaniga incluso describió su creación.
‘Las líneas
brotan de la base, suben en espirales y se estiran para recibir al mundo. Desde
las singulares tensiones dinámicas del cuerpo compacto de la escultura surgen
las figuras de dos atletas en el emocionante momento de la victoria’.
El trofeo mide
36.8 centímetros
(poco más de 14.49
pulgadas ). Está hecho de 18 quilates y pesa 5 kilos (11 libras ). La base tiene
dos anillos de malaquita semipreciosa. Justo ahí está inscrito el nombre de la
estatuilla, ‘FIFA World Cup’. En la parte inferior están inscritos los nombres,
en su lengua natal, de los países ganadores del Mundial.
A diferencia
de su antecesora, ninguna nación se lo podrá quedar en perpetuidad. FIFA sólo
les concede la custodia del mismo durante cuatro años, entre el último mundial
y el siguiente. Después les entrega una réplica con mismas medidas, aunque
bañado en oro en lugar de estar hecho en su totalidad del metal áureo.
La Copa FIFA
(que en realidad no lo es al carecer de un espacio hueco que se pueda
descubrir) se entregó por primera vez para la justa de Alemania Occidental
1974. El anfitrión fue el primer ganador. Desde entonces seis países han conquistado el trofeo (los alemanes en 1974 y 1990; Argentina en 1978 y 1986; Italia en 1982 y 2006; Brasil en 1994 y 2002; Francia en 1998, y España en 2010).
El trofeo ha
sido celosamente cuidado con el pasar de las décadas, previniendo que le
sucedan percances como los que tuvo la Jules Rimet (dos robos). Incluso se han fabricado varias réplicas que llegan a ser usadas en actos oficiales.
A pesar del
extremo cuidado, la Copa FIFA no ha estado exenta de momentos extraños. en la
ceremonia previa a la final del Mundial de Sudáfrica 2010, el exhibicionista
conocido como ‘Jimmy Jump’ burló la seguridad, ingresó a la cancha y estuvo
cerca de ponerle un gorro al trofeo. No logró su cometido al ser sometido al
instante.
Hasta la
próxima.
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