Se acerca la Copa del Mundo de fútbol
de Brasil 2014, y es un buen momento para recordar la mayor sorpresa en la
historia de la competición. Su protagonista venía de un pequeño país oriental,
ataviado en el color celeste: Uruguay.
El sendero de los uruguayos hacia
el Mundial de Brasil 1950 fue sencillo. En la eliminatoria tenían que enfrentar
a Paraguay, Ecuador y Perú. Sin embargo, estos dos últimos no compitieron, por
lo que charrúas y guaraníes calificaron automáticamente.
Ya en el Campeonato Mundial, la
suerte siguió del lado de la Celeste. Sólo se midió con Bolivia (otro sudamericano)
en la fase de grupos. Le pasó por encima a los andinos con un categórico
triunfo de 8-0 el dos de julio en Belo Horizonte, con ‘hat trick’ de Óscar Míguez.
Así avanzó a la ronda final, un
sector único donde se enfrentarían al local Brasil, más España y Suecia en formato
de todos contra todos. Por aquellos días, ganar un partido daba dos puntos en
lugar de tres como se hace en el presente, mientras los empates otorgan una
unidad.
La Celeste enfrentó primero a España
y empató a dos el nueve de julio en Sao Paulo. Cuatro días después, se topó con
los suecos y se impusieron 3-2, también en suelo paulista.
Hasta ese momento, con dos
partidos disputados el grupo final iba así:
Equipo
|
Ganados
|
Empatados
|
Perdidos
|
Puntos
|
Brasil
|
2
|
0
|
0
|
4
|
Uruguay
|
1
|
1
|
0
|
3
|
España
|
0
|
1
|
1
|
1
|
Suecia
|
0
|
0
|
2
|
0
|
Sólo aspiraban al título el
anfitrión y Uruguay. Sin bien los charrúas no habían perdido un solo juego y
que tenían en su palmarés dos centros olímpicos y uno mundial, eran
tachados como víctimas seguras de los locales. El público, así como la prensa brasileña ya calificaba a su selección como 'campeona' antes de tiempo.
Llegó el 16 de julio. Previamente,
Suecia derrotó 3-1 a
España y se quedó con la tercera posición. Entonces vino el turno estelar en el
estadio Mario Filho de Río de Janeiro, más conocido como ‘Maracaná’. Había una asistencia de 199,954 espectadores. El juego
Brasil-Uruguay definiría al campeón pese a no ser una final propiamente dicha.
Los brasileños se adelantaron al
minuto 47 por medio de Friaca. La fiesta aumentaba de tono, pero se dio un
cambio en el libreto. Juan Schiaffino, al 66, empató el cotejo. No era para
preocupar, el empate igual hacía campeón del mundo a Brasil… siempre que
Uruguay no hiciera otro gol.
Y eso fue justo lo que sucedió para
desgracia del público presente en ‘Maracaná’. Alcides Ghiggia, con un
potente disparo que superó al portero Barbosa al minuto 79, le daba la ventaja
a la Celeste. Uruguay remontó en gran parte porque fue liderado de forma gallarda por su gran capitán, Obdulio Varela ‘el Negro Jefe’.
El juego terminó y los charrúas
consumaban la hazaña. Eran campeones del mundo por primera vez desde 1930. Sin
embargo, todo el estadio carioca estaba en silencio, con la gente incrédula y triste.
Hubo hasta suicidios. Mientras reinaba la confusión, Varela le tuvo que ‘arrebatar’
la copa de campeón a Jules Rimet, el ya anciano presidente de la FIFA.
Así quedó el grupo final:
Equipo
|
Ganados
|
Empatados
|
Perdidos
|
Puntos
|
Uruguay
|
2
|
1
|
0
|
5
|
Brasil
|
2
|
0
|
1
|
4
|
Suecia
|
1
|
0
|
2
|
2
|
España
|
0
|
1
|
2
|
1
|
Después de este logro, Alcides
Ghiggia agrandó su leyenda respecto al ahora conocido como ‘Maracanazo’ con la
siguiente frase:
Al
Maracaná lo silenciaron tres personas: el Papa, Frank Sinatra y yo.
Hasta la próxima.
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