Este año se reactivó un duelo que
para la joven afición al fútbol puede resultar intrascendente, pero para los más
conocedores, y en particular en el Reino Unido, es un clásico del balompié
mundial.
Inglaterra y Escocia se
encontraron el pasado 14 de agosto de 2013 en Wembley. No se enfrentaban desde
1999 en una rivalidad que empezó desde el año de la fundación de sus
selecciones nacionales: 1870
Oficialmente, comenzaron a
medirse desde 1872, pero hay indicios de una serie de partidos, cinco en total,
entre 1870 y 1872 con saldo de tres victorias inglesas y dos empates. La FIFA
no los reconoce como partidos internacionales por ser esa Escocia un combinado
de escoceses avecindados en Londres.
Sus choques oficiales comenzaron
el 30 de noviembre de 1872. Empataron a cero en partido celebrado en escocia.
En total se han enfrentado 111
veces. Inglaterra ganó 46 y Escocia 41. La mayor victoria inglesa fue un 9-3 en
1961. El mejor resultado escocés fue de 7-2 en 1878. En su más reciente duelo,
el ocurrido en agosto pasado, los ingleses ganaron 3-2 en un electrizante
partido que, pese a ser de carácter ‘amistoso’, tuvo de todo menos ‘cordialidad’.
Pero hay un juego famoso entre
las selecciones nacionales más antiguas del mundo, sobre todo muy recordada en
el país de la flor del cardo.
El 15 de abril de 1967, ingleses
y escoceses se enfrentaron en el viejo Wembley en el juego final de la British
Home Championship (o Campeonato Británico). Casualmente el título del torneo en
su edición 66-67, se iba a definir con ese partido.
Inglaterra era favorito para
ganar. Llevaba 19 partidos sin revés y era el flamante campeón mundial. Con Wembley
como marco parecía que sería una fiesta inglesa.
Sin embargo, escocia tuvo lo
suyo. Pese a tener sólo a cuatro jugadores del Celtic que había hecho el
triplete Copa-Liga-Champions (en ese entonces, Copa Europea de Clubes), los del
cardo eran un hueso duro de roer, con Jim Baxter como su creativo.
Denis Law (27’ ) y Bobby Lennox (78’ ) adelantaron a los
escoceses. Jack Charlton (84’ )
recortó distancias. Jim McCalliog (87’ )
puso el tercer tanto de Escocia. Geoff Hurst (88’ ) marco el segundo tanto
inglés, aunque insuficiente.
Escocia llegó a cinco puntos por
cuatro de Inglaterra para ganar el Campeonato Británico. En su euforia, los escoceses
se autonombraron ‘campeones del mundo’.
Los mismos ingleses reconocieron
que en ese partido, los escoceses lo jugaron como si fuera un partido de Copa
del Mundo. Salieron muy decididos a jugar bien y ganar.
‘Ellos declararon que eran los nuevos
campeones del mundo después de ganarnos’, escribió el futbolista inglés Nobby Stiles
en su autobiografía publicada en 1968.
Hasta la próxima.