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lunes, 25 de abril de 2011

El ‘regreso’ de los moros



Se ha dicho que la vida da segundas oportunidades. Algunas veces es verdadero, aunque con su matiz diferente. Es el caso de los árabes, quienes parecen tener una nueva ‘revancha’ contra España, pero desde el punto de vista de negocios y deportes.

Desde junio de 2010, el Málaga Club de Fútbol es propiedad de Abdullah Bin Nasser Al-Thani, jeque oriundo de Qatar con billones de petrodólares en los bolsillos. Así el cuadro blanquiazul se convirtió en el primer equipo español en ser adquirido por árabes.

Recientemente, el Getafe está en proceso de compra por parte de la Royal Emirates, un grupo inversor con sede en Dubai y que es dirigido por el jeque Butti Bin Suhail Al Maktoum.

El fenómeno es llamativo. Los árabes se han visto atraídos por la fuerza mediática y comercial que causa un deporte como el fútbol. Desde fines del siglo XX han hecho diversos intentos por involucrarse de forma más activa en este juego. Uno de los primeros fue tener la Copa Confederaciones en Arabia Saudita bajo el nombre de Copa Rey Fahd (1992 y 1995).

Recientemente lograron la sede del Mundial del 2022 para Qatar, con todo y las polémicas del venidero calor inmisericorde del Medio Oriente en verano. Pero su actividad en el deporte más popular del orbe ha ido más allá al lanzarse a comprar equipos en las principales ligas europeas.

Primero entraron en Inglaterra donde el caso más famoso es el de Manchester City. Sin embargo, magnates de otros lugares se volvieron competidores feroces para los millonarios musulmanes en la Premier Inglesa.

Entonces apareció España como una segunda alternativa. Quitando a los poderosos Barcelona y Real Madrid, y algunos estables como el Atlético de Madrid, gran parte de los clubes de la Liga española están en números rojos. La situación es apremiante, pero a su vez funciona como ‘señuelo’ de empresarios con mucho dinero y que estarían dispuestos a invertir en equipos con escasez de fondos.

No deja de llamar la atención que los árabes con sus petrodólares hayan entrado a la liga de un país al que antiguamente invadieron. En el año 711, hordas musulmanas se lanzaron a la conquista de la península ibérica desde el norte de África. En cinco años casi todo el territorio de Hispania quedó bajo el control islámico. Sólo el norte se mantuvo libre.

La Iberia musulmana recibió de nombre Al-Andalus y tuvo como capital a la sureña ciudad de Córdoba. Inicialmente se integró como provincia del Califato Omeya; más tarde se convirtió en emirato y luego en un califato independiente.

Para el año 718, un noble llamado Pelayo, proveniente de Asturias, se rebeló contra los árabes y con su guerra se inició el proceso conocido como la Reconquista, el cual fue lento porque terminó hasta 1492, cuando el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (los Reyes Católicos) derrotó al Reino Nazarí de Granada, el último resquicio del Al-Andalus.

Más de cinco siglos después, los árabes parecen tener una ‘revancha’, salvo que no es militar. Casualmente compraron primero al Málaga, ubicado en el sur español, justo el mismo lugar donde sus antepasados invadieron inicialmente a la península ibérica en el 711. ¿Acaso estamos en presencia del surgimiento del Al-Andalus futbolero? El tiempo lo dirá.

Hasta la próxima.

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