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domingo, 16 de enero de 2011

¿Y si un aficionado no hubiera fastidiado a los Cachorros?


Los Cachorros de Chicago son un equipo popular dentro y fuera de los Estados Unidos. Su único problema es que no ganan la Serie Mundial desde 1908, una sequía que se alarga y corroe inmisericorde el orgullo de todos los aficionados de los Oseznos.

Regresemos en el tiempo a octubre de 2003, al momento en que estuvieron cerca de llegar a la Finalísima. Es el juego seis de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional entre Chicago y los Marlines de Florida en Wrigley Field. Los Cachorros estaban al frente 3-0 y la eliminatoria a su favor 3-2. ¿Qué hubiera pasado si no lo arruina todo un aficionado curioso?

En la parte alta de la octava entrada, un batazo de foul de Luis Castillo se dirigió a la grada contigua al jardín izquierdo. Moisés Alou saltó entre algunos brazos de aficionados que buscaron quedarse con la esférica. La pelota golpeó la mano de un seguidor llamado Steve Bartman… pero increíblemente acabó en el guante del jardinero de Chicago. Segundo out.

Turno de Iván Rodríguez que pega sencillo y su compañero Juan Pierre avanza de primera a tercera. Pero Miguel Cabrera conecta roletazo a las paradas cortas, Alex González pone fuera a “Pudge” en segunda y se termina la historia.

Los Oseznos no hicieron carreras en la baja del octavo, aunque Mike Remlinger trabajó de forma perfecta el noveno rollo. Triunfo para Chicago de 3-0, 4-2 se adjudica la serie, su primer banderín de la Liga Nacional desde 1945. Y ahora, los Yanquis de Nueva York son el escollo a superar para lograr el título absoluto de la Gran Carpa.

Días después abren el Clásico de Otoño en Yankee Stadium. Los Mulos del Bronx eran amplios favoritos para ganar al tener como carta fuerte su poderoso bateo colectivo. Sin embargo, en el primer juego de la Finalísima el 18 de octubre, Carlos Zambrano se creció, contuvo a los neoyorquinos y los Cachorros se impusieron 3-2.

Para el segundo choque, Nueva York reventó temprano la serpentina de Mark Prior y emparejaron la serie al ganar 6-1.

Luego de un día de viaje, la Serie Mundial se movió a Wrigley Field. En el tercer desafío, el pitcheo de Mike Mussina guió a los Bombarderos a tumbar a Chicago 6-1 y ponerse al frente 2-1. Sin embargo, un día después, se fueron a extrainnings al empatar a 3-3, pero un jonrón solitario de Sammy Sosa rompió la paridad y los Oseznos ganaron 4-3.

Con la Finalísima 2-2, así se plantaron al quinto juego las dos novenas más populares del béisbol. De nuevo ‘El Toro’ Zambrano estuvo intransitable para los Mulos, y los de la Ciudad de los Vientos se impusieron 6-4; de nuevo tenían delantera de 3-2.

Nuevo día de viaje con retorno al Yankee Stadium. Los neoyorquinos apostaban al encanto de la ‘Casa que Ruth Construyó’ para hacerse con el gallardete, pero un Mark Prior inspirado enfrío toda reacción de los Yanquis a quienes sometieron los visitantes 2-0. Los Cachorros de Chicago, por primera vez desde 1908, se coronan campeones de las Ligas Mayores.

Lástima que sólo sea un sueño… y Bartman es quien más lo lamenta.

Hasta la próxima.

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