Dejamos por un momento el tema deportivo para hablar de un eterno asunto en el mundo humano, el cual Oscar Wilde refiere en una frase: ‘Uno debe estar siempre enamorado, por esta razón uno no debería casarse nunca’.
Tal declaración nos lleva a las siguientes interrogantes: ¿por qué las personas se enamoran de unas y no de otras? ¿en qué consisten el amor sí y no correspondido? ¿qué ganan las mujeres y hombres cuando se ponen esquivos ante alguien del sexo opuesto que los corteja? ¿qué sucede con el matrimonio?
Quizá se pondría pensar que dichas preguntas no tienen relación con la cita del célebre escritor irlandés, pero sí la tienen. La materia en mención cuenta con complicados vínculos que atraviesan esferas psicológicas, culturales, morales e instintivas.
La gente se enamora porque empieza a perder la noción de la realidad. De repente ve en cualquier individuo a un ser magnánimo cuyos defectos son ‘inexistentes’. Este fenómeno no es provocado exclusivamente por seres vivos racionales. Pueden darse enamoramientos hacia animales irracionales, objetos inanimados, una actividad o incluso invenciones fantásticas.
Realmente es difícil explicar el porqué los humanos son ‘flechados’ por determinados sujetos y no por otros. Un argumento sólido es el hecho de que esa persona en particular ‘ayuda’ a olvidar lo cruel del entorno en que se vive.
Sin embargo, es preciso aclarar que el enamoramiento no es lo mismo que el amor. En todo caso, el primero es la antesala al siguiente paso del proceso de ‘cortejo y apareamiento’ de los entes racionales; el segundo es un estado mental complejo, pasional y razonado.
Lo anterior nos lleva a un constante dilema que tienen las personas sobre el concepto de amor correspondido y el no correspondido. En una definición simple, el inicial marca a la persona con la que se tiene opción de convivir en pareja sin escollos importantes (condición social distinta, lugares de residencia apartados, diferencia de edad alta, antecedentes personales, etc.); mientras el otro presenta obstáculos difíciles de sortear.
A lo largo de la historia humana, se han dado casos de enamoramientos hacia seres inalcanzables. Los amores no correspondidos generalmente acaban en patologías psicológicas muchas veces terminadas en tragedias, justamente porque el estado de fantasía jamás aceptó a la realidad.
Estos pasajes encontraron cabida en el arte, y se difundieron a través del tiempo en forma de pinturas, música o textos literarios. También es una inagotable fuente de creación de relatos nuevos que giran en torno a dicha problemática.
Por el contrario, cuando el amor es correspondido rara vez surgen conflictos en la química de los dos humanos que forman pareja, mas el transcurso para fincarlo puede ser turbulento, ya sea porque alguno de los dos se puso a la defensiva o se metió en la danza del flirteo un tercero o hasta un cuarto.
En este último escenario surgen factores sexuales, morales, culturales e instintivos. Que varios hombres estén detrás de la misma señorita o viceversa también se ve en el reino animal irracional. Es el natural ritual de cortejo presente en todos los seres vivos. En mamíferos es la época de celo, cuando hay receptibilidad hacia el apetito sexual y la reproducción (no olvidemos que los homo sapiens pertenecen a esta clase).
Empero, con el tiempo se hizo una tradición entre los varones que el ‘conquistar’ a la bella doncella tiene una connotación de ‘superioridad’. Es un legado de la lucha por el control del territorio también presente en las criaturas sin raciocinio. Las damas, por su parte, con los siglos asumieron ese rol de ‘trofeo’ que la misma sociedad les impuso, además que de alguna manera así veían con cuál les convenía estar.
Contra lo imaginado, el procedimiento antes expuesto también sucede a la inversa, donde el macho atractivo es el ‘premio’ y la muchacha que lo consigue la ‘non plus ultra’.
Para respetar de alguna forma ese ‘gallardete’ para el ser que ‘se hizo’ con su sujeto de deseo, se instauró la monogamia en la que por fuerza el mismo ente masculino tiene que estar con un mismo ser femenino. No obstante, dicho status ha llegado a ser violentado a tal grado que un macho humano puede tener relaciones con distintas hembras.
La figura del matrimonio dio mayor validez a la pareja monogámica y se les tildó de ‘inmorales’ a quienes llevaran a cabo la poligamia. Pero hay quienes ven a la idea del contraer nupcias como una forma más de ‘esclavizar’. Incluso quienes viven solteros(as) reciben reproches de la misma sociedad por su condición.
Sin embargo, la irrupción activa de las mujeres en el ámbito productivo profesional significó un fuerte golpe a la monogamia legal. Las chicas del presente en distintas partes del mundo valoran más su oficio en el cual aspiran a crecer como personas. La sola idea de tener un contrato amoroso institucional con un varón y tener hijos es percibido como un lastre a su carrera laboral.
Los hombres de alguna forma también lo ven igual. El contexto socioeconómico del orbe cambió a fines del siglo XX y principios del XXI. En la actualidad es más difícil ganarse la vida para uno solo; si se le agregan dos individuos más por mantener la situación se torna cada vez más onerosa.
Resumiendo todo lo antes expuesto:
La gente se enamora de ciertas personas a quienes ve como ‘perfectas’ para ignorar la realidad. Si hay obstáculos serios en la obtención del vínculo con el sujeto deseado se luchará por superarlos o tener un desenlace trágico. En caso de tumbar las barreras con éxito se tendrá la categoría de ‘superior’ al quedarse con el ‘trofeo’, el ser de sexo opuesto a quien cortejaba.
La conquista del ‘galardón’ se legalizó mediante el matrimonio monogámico como una protección, aunque las recientes dificultades de sobresalir en el mundo moderno han golpeado de forma importante al que por siglos ha sido el pilar de los núcleos familiares tradicionales.
Y en cuanto a la frase que citamos de Oscar Wilde al principio, quizá sólo habría que complementarlo con otra reflexión: ‘ame y respete, pero no deje de ver el entorno’.
Hasta la próxima.
Autora de la imagen de este post: Alina Poulain
Interesante el punto de que cuando se está en un amor no correspondido, una manera de sobrellevarlo es externarlo por medio de por ejemplo, el arte o literatura
ResponderEliminarAsí me siento yo, je